Generalmente, como arquitectos, descuidamos el envejecimiento de los edificios una vez construidos. Dedicamos la mayor parte del tiempo a entender y manejar su funcionamiento, y dejamos en segundo plano el 'maltrato' que el clima y el uso cotidiano ejercerán sobre sus elementos. Es un proceso inevitable e incierto que plantea la pregunta de cuándo está realmente finalizado un edificio: ¿cuándo se mueve la última pieza de mobiliario? ¿cuándo se pone la última teja sobre la cubierta? ¿cuándo han pasado los años y la naturaleza ha seguido su curso?
En lugar de restar valor al edificio, las fuerzas naturales pueden aumentar la integridad del material, suavizando su apariencia inicial rígida y sin carácter. Considerar el futuro de los materiales es importante para crear estructuras que pueden aumentar su belleza a lo largo del tiempo. Para ayudarte a elegir materiales que entreguen estos efectos, hemos recopilado seis opciones que envejecen correctamente y con gracia.
Piedra / Piedra Caliza
No se puede negar la belleza de la piedra envejecida. Los edificios de piedra que han sobrevivido décadas o incluso siglos se presentan magníficamente como estructuras dominantes, desgastadas por la naturaleza y el clima.
Este material –increíblemente versátil– no solo se puede utilizar para la construcción de mampostería sólida, sino también en sistemas de fachadas de piedra que pueden variar de una imagen rugosa y brutal a una imagen sutil y elegante.
Madera de Teca
La madera de teca, como la mayoría de la madera con alto contenido de ácido tánico, se vuelve de color plata con la edad y requiere de poco mantenimiento. Louis Kahn era un gran admirador de la teca; las ventanas del Salk Institute están enmarcadas por este material orgánico, complementando bellamente el concreto a la vista.
Además de su aplicación en edificios, la madera de teca se utiliza principalmente para muebles de exterior y para la construcción de embarcaciones, ya que es altamente resistente a la pudrición y, a diferencia de otras maderas, tiene un ratio de contracción relativamente bajo. A pesar de envejecer increiblemente, esta madera tropical debe provenir de origen responsable para garantizar que no contribuya a la tala indiscriminada de las selvas tropicales.
Acero Corten
Esta lista no estaría completa sin hablar del acero corten. Su capa anaranjada distintiva se forma como un recubrimiento pasivo de óxido superficial, que evita una mayor oxidación y que protege al acero. Para que la capa externa se estabilice, generalmente deben pasar entre 4 a 6 meses y, dependiendo del clima, puede oscilar entre el naranja, el rojo, el marrón, el azul o el negro. Contrariamente a la apariencia oxidada del material, el acero corten resiste la corrosión adicional y tiene una alta resistencia mecánica, por lo que es preferible frente a otras aleaciones de acero.
Madera de Pino
El pino es otra madera que gana un brillo gris-azulado con el tiempo. Aunque puede envejecer natural y elegantemente al exponerse al clima sin tratamientos, se puede controlar el nivel de plateado al aplicar capas pigmentadas de aceites, aumentando su resistencia a los rayos UV. El encanto aleatorio de este revestimiento es muy buscado ya que permite integrar de buena manera el edificio con el paisaje natural circundante.
Mármol
Algo en el mármol envejecido nos recuerda a las antiguas construcciones romanas, dándole cierta grandeza como material. El revestimiento modular de mármol –por ejemplo– entrega soluciones exquisitas: la Escuela de Arquitectura de Knowlton recientemente revistió su nuevo edificio para obtener una superficie con una textura única y que no se deterioraría tanto en comparación con otros materiales.
Cobre y Bronce
El cobre es un metal famoso por la pátina verde que se desarrolla en su superficie, la cual se genera luego de 30 años en un ambiente limpio, o en tan solo 5 años si el material se ubica cerca de zonas industriales. La meteorización verde es causada por el carbonato y el sulfato del cobre, los que se forman en reacción al oxígeno del aire, entregándole una capa protectora. El bronce se oxida de manera similar para formar una eventual pátina verde con ricos matices y tonos.